martes, 16 de febrero de 2010

Histeria


La histeria.

La palabra “histeria” usada por Platón y por los antiguos griegos significaba “el útero vagabundo”, desde tiempos atrás la histeria ha sido asociada con la frustración sexual, con la sexualidad y el área genital, pero también con la privación de relaciones interpersonales durante la fase de desarrollo de la personalidad, manifestándose en una variedad de síntomas tanto físicos como mentales.

Una de las causas más importantes de esta patología, es la represión, mecanismo psíquico que separa el afecto de la representación.

Las formas sintomatológicas mejor aisladas:

Histeria de conversión; el conflicto psíquico se manifiesta en síntomas corporales, crisis emocionales, parálisis histéricas...

Histeria de angustia; la angustia fijada en forma de fobias.

Su mecanismo de defensa es la seducción, la persona histérica trata de complacer, es seductora, exhibicionista y teatral. Su autodramatización es sostenida por un alto nivel de autoengaño y de manipulación emocional..

Se aferran a una sola idea; atraer y mantener la atención de los demás. Su percepción es extravertida, ven lo que quieren ver. Mirarse internamente les produce un escalofrío de horror y pánico.

Por el miedo a ser privado de una relación personal, una persona histérica tiene necesidad de amor, con tan delicada sensibilidad, juega con la seducción para sentirse amada. La realidad está condicionada por su estado anímico del momento, que es capaz de arrastrarnos con astucia a su universo privado.

Un mundo sin espejos, porque el reflejo asusta, en el que se esconden detrás de las mascaras de seducción para refugiarse en sus propias fantasías.













































Gracias a Tere y Ró.
Granada 2009/10

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